Estoy hablando de Casa Ricardo, seguramente el bar más cofrade de la ciudad y que presume de servir las croquetas más famosas de la ciudad.

Situado a la espalda de la Basílica de San Lorenzo, este local abierto en el año 1.898 como abacería, respira autenticidad por los cuatro costados, y seas aficionado o no a la Semana Santa, su decoración puede fascinarte de igual manera.
Sus paredes, prácticamente forradas de fotografías imaginería cofrade, dejan muy clara la pasión que siente este negocio familiar por la Semana Santa sevillana. Tanto es así, que una pizarra en la barra contabiliza durante todo el año, los días que faltan para la próxima “gloria”.

Pero no solo su decoración y ambiente hacen de este bar un lugar único. Su cocina casera basada en las recetas tradicionales sevillanas hacen de él un referente gastronómico si se quieren rememorar los sabores de los bares de tapas de antaño, que ante la proliferación de gastrobares, parece que han quedado en minoría en nuestra ciudad.
Si hay una tapa estrella en su carta, sin duda son las croquetas, consideradas por muchos como las mejores de toda la ciudad. Y la verdad es que no sé si serán las mejores, pero riquísimas están. Crujientes por fuera y suaves por dentro, con una bechamel cremosa que nada tiene que ver con esa masa harinosa que solemos encontrar en otros locales.

Además de las croquetas, merece la pena probar sus flamenquines o las pavías.
En DolceCity Sevilla: Casa Ricardo