Sin embargo, si algo he aprendido de esta maldita situación es que uno no puede caer en el pesimismo. Aun a riesgo de parecer uno de esos horribles libros de autoayuda, o pero aun, uno de esos de Paulo Coelho (lo siento, no lo trago), pues quiero pediros que os quedéis con las pequeñas cosas que os han hecho felices y que miréis hacia adelante con positividad.

Y como me considero una amante de lo pequeño, es decir, de esas insignificantes cosas – pequeños detalles – mínimos placeres que pueden hacerte inmensamente feliz aunque sea un solo instante, y porque esto es Dolce City, quiero haceros una lista de esas nuevas tiendas o establecimientos que me han hecho y me hacen pasar ratitos felices.
La llegada de Lush, esa tienda que descubrí en Londres hace 10 años, ha cambiado mi experiencia al pasear por la calle Sierpes. Su olor impregna casi toda la calle y te envuelve en un mundo de aromas dulces y frescos. ¿No es esto un placer?

Cuando una puerta se cierra, otra se abre, y eso es lo que han pensado muchas personas que han perdido su trabajo pero han visto en ello la oportunidad para crear el negocio de sus sueños. Es el caso de las chicas de la preciosa tienda “Vestida de Azul”, el mejor proyecto de dos arquitectas amantes de la moda y el diseño.

¿Y qué hay de los placeres gastronómicos? Este año he descubierto dos cosas que pensé que no me gustarían jamás: Una, que me encanta el sushi gracias al bonito restaurante You Sushi y Dos, que ya no puedo vivir sin el yogurt helado con chocolate caliente por encima de Llao Llao.

Como sitios que me han sorprendido por su estilo y originalidad quiero destacar el Dinner al más puro estilo americano años 50 Peggy Sue, que se ha convertido en uno de mis lugares favoritos de la ciudad, y por otra parte la bella heladería y galería de arte HelArte, un espacio totalmente innovador.

Mirar los vestidos de fiesta de Dolores Promesas, probar las chuches de Wonkandy o subir a contemplar la ciudad desde el Metropol Parasol también han sido otros de mis placeres este año.

Así que os propongo que hagáis lo mismo, un recuento de esas pequeñas cosas que este año os han hecho felices, compartidlas con las personas que os quieren y poned todas vuestras energías en empezar el año con optimismo y positividad.
Os deseo de corazón todo lo mejor para el 2012.
Os veo el año que viene,
Laura Hojman.