
Freskura no es una heladería como las demás. Sus dueños, todos italianos elaboran todos los días los helados a base de leche, crema, huevo y fruta de temporada y el resultado es delicioso. Al ser un helado totalmente artesanal, no tiene componentes químicos y su cantidad de grasa es mucho menor.
Pero además de sus buenísimos helados, Freskura ofrece toda una serie de dulces y tartas hechas en el día exquisitas.
Uno de los más originales es el bocadillo de helado, una especialidad italiana consistente en pan dulce con pasas o trocitos de chocolate relleno de helado y nata.

La boca se hace agua cuando uno contempla en el mostrador, sus tartaletas y mouses, pequeñas porciones hechas con crema, chocolate y frutas. O con sus originales bombones preparados con toques de pimentón, canela, almendras, anís, nueces y ron.
Mucho éxito tienen también sus granizadas sicilianas, preparadas con fruta fresca, zumo de cítricos o café y por supuesto “los freskitos”, polos artesanales hechos con zumos que me recuerdan mucho a los que hacía en mi casa cuando era pequeña rellenando la cubitera con zumo de limón.

El local es precioso, con una bonita y moderna decoración y es común encontrarlo lleno de gente en las noches de los fines de semana. A su buen ambiente contribuye su situación en plena plaza de la Alameda, al lado de bares de tapitas y de copas.
Freskura es más que una heladería, ya que se ha implicado en diversas actividades culturales del barrio y promueve actividades divertidas como su concurso “Que Freskura” que consiste en hacerte una foto divertida disfrutando de tu helado. Todos los meses se premia la foto más divertida con una rica tarta helada.