
Y es que esta heladería lleva más de 25 años abierta y fue la primera en ofrecer helados artesanales en Sevilla, cuando sólo existían los helados industriales de marcas como La Ibense u otras.
Mi preferido de pequeña era el de Straciatela, porque me encantaba encontrarme con enormes trozos de chocolate. Mi padre siempre se pedía los sabores más raros de todos (y sigue haciéndolo), y mi madre, gran forofa del chocolate, sigue disfrutando del mejor helado de chocolate del mundo.
Hoy en día, Rayas es la heladería más famosa de Sevilla y suele estar abarrotada de gente dependiendo de la hora del día y de la época del año.
Sus sabores son de lo más original, desde los clásicos chocolate, fresa (con trozos de fresas de verdad), vainilla o leche merengada hasta sabores más sofisticados pero siempre exquisitos ya que todos sus ingredientes son naturales.
Uno de mis preferidos es el de Nocciolosa, que sabe a bombón de la Caja Roja pero sin resultar empalagoso, o el de Mascarpone, con cierto sabor a tiramisú aunque menos dulce, o el de Bizcochuelo, una especie de vainilla suave con trocitos de bizcocho fresco recién hecho.

Además de helados, pueden tomarse batidos o granizadas naturales, y también puedes comprar helados para llevar a casa.
La heladería está situada en pleno centro de la ciudad, frente a la Plaza de San Pedro, por lo que en primavera es agradable comprarse el helado y sentarse a saborearlo en esta plaza.
El local es bonito y agradable y cuenta con algunas mesitas en la calle. Ante el éxito, hace pocos años, los dueños de esta heladería decidieron abrir otro local también bastante céntrico, en la calle San Pablo.
Sin duda, la fama de esta heladería es merecida ya que por muchos helados que haya probado en distintas partes del mundo, los de Rayas me siguen pareciendo los mejores.
En DolceCity Sevilla: Rayas