
La verdad es que andaba yo necesitado de un poco de ejercicio, un estirar las piernas, que llega el veranito y en la playa hay que quitarse la remera. Así que me puse manos a la obra para buscarme una indumentaria que, si bien no fuera a dejarme guapo, sí al menos conseguiría no despertar sospechas en el gimnasio (esa camisetilla matadora de la Caja Rural que indica que alguien no va al gimnasio… desde que la Caja Rural regalaba camisetas…). Lo de los pantalones cortos y la camiseta fue pan comido, pero lo de las zapatillas necesita atención profesional y género, mucho género. Así que por recomendaciones varias acabé yendo a Consuela para buscar unas apropiadas.

En Consuela todas las zapatillitas están alineadas milimétricamente, y han sido clasificadas por marcas. Nada de ir mareando, claro, conciso y con precios a la orden del día, ni muy baratos (porque son marcas) ni muy caro (a pesar de estar en la zona más chula de Madrid). Encontré desde las Adidas clásicas a las más modernas Jeremy Scott, pasando por las legendarias Puma y Reebok que hace tanto tiempo que no calzo.

Ni que decir tiene que los tiempos han cambiado a las zapatillas deportivas una barbaridad. Ahora son coloridas, llevan bandas de colores en los laterales que podrían iluminar una discoteca, y hasta hay algunos modelos con forma de botines que se las pondría el mismísimo John Wayne.

Al final opté por unas Asics blanquitas y funcionales, me han dicho que son muy aconsjables para los “runners” (a los que corren ahora se les llama así) que están empezando. Os dejo, que ya he cargado el MP3 y me toca estrenarlas.
En DolceCity Madrid: Consuela