Jueves, 12 Septiembre 2013

Una mañana de domingo en Madrid... en el estadio Santiago Bernabéu

por Juan Rodríguez
He aquí el relato de este humilde redactor que tuvo a bien madrugar un domingo (¡afrenta!) con tal de recordar aquellos días en los que iba al estadio del Madrid a ver el fútbol con su padre.
Hacía tiempo que no iba al Bernabéu. A uno siempre le ha tirado el color blanco, pero no tanto como para pagar la morterada que piden. No ya por un abono (¡locura!), sino por una simple entrada. Recuerdo hace muchísimos años, en una galaxia muy lejana, cuando mi padre me llevaba a algún partido del Madrid y podíamos sacar un par de entradas por menos de 8.000 pesetas… lo que hoy en día, en euros, a duras penas te llegaría para comprar una entrada. La explosión del fútbol como fenómeno de masas, la entrada España en el euro, la mercadotecnia, CR7… por lo que sea, hoy en día lo de ir al fútbol se ha puesto imposible. Es un lujo que uno no se puede permitir. Así que cuando un amigo me ofreció su abono para ir al Bernabéu a ver un partido de liga no me lo pensé dos veces. Aunque fuera a las 12 de la mañana de un domingo.


El Real Madrid – Athletic de Bilbao (acabó 3-1 a favor de los merengues) fue un buen espectáculo que mereció la pena, por el buen juego de los dos equipos y por lo bien que han dejado el campo del Madrid. De camino al estadio me sorprendió una pareja en la que ella llevaba una camiseta del Madrid y él una del Athletic (les “robé” una foto saliendo del metro, parada “Santiago Bernabéu”, por supuesto).


Los accesos han mejorado notablemente: ahora los tornos de las Torres (el Bernabéu tiene cuatro grandes torres por las que acceder rápidamente a tu asiento) no están a pie de calle sino tras subir varias escaleras. ¿Qué consiguen con esto? Pues que no haya colas –con el consiguiente tapón en las inmediaciones del estadio-, y que la entrada sea fluida y rápida. Alguien ha usado la cabeza. “Bendiciones”, que diría Sandro Rey.


Los precios de los “snacks” son prohibitivos (sablazo de 2 euros por una miserable bolsa de patatas Grefusa… culpa mía por no haber desayunado), así que os aconsejo que si vais llevéis los bocatas envueltos en “papel albal” de toda la vida. Hay tradiciones que renuevan su vigencia día a día.


Una petición final para el Tito Floren: por favor, bájame un poquito los altavoces, que esto es un campo de fútbol, no una macrodiscoteca. Y, ya que estamos, si amplías el tamaño de esos videomarcadores de hace 20 años, lo bordas. Desde el cariño.

En DolceCity Madrid: Estadio Santiago Bernabéu