
Y lo más divertido de los casis es que los hay de muchísimos rellenos: secreto ibérico, lacón, brie, pulpo, cabrales, calamares con ali-oli, tortilla de patatas con chorizo, gambas al ajillo… El cielo es el límite. ¡Esa Tita creativa! (También hay casis dulces, con lo que queda claro que La Tita no pretende otra cosa que convertirnos a todos en sus pequeños panecillos prietos)

Pero nuestra Tita tiene mucha más munición, la mayoría con sellito gallego, para dispararte directamente a la panza: ensaladas bien majas, burritos sorprendentes, platos para compartir, sidriñas con hielo o esos “mojiños” y “mailitos”: bases del mojito original con licor de hierbas digestivo el primero y sidra seca el segundo. Siguiendo con lo gallego, aquí la cerveza que se lleva es la Estrella Galicia (que yo descubrí hace años por casualidad en un viaje a Girona y ha sido una fiel amiga desde entonces); y NO PIERDAS RITMO a la hora de comer las patatas fritas que te sirven con la birra: de esas de churrería, de las que transparentan en servilleta, de las que nos gustan. Bravo, Tita, ¡bravo!

Ah! Merece la pena que os pidáis una de esas bebidas enlatadas que yo no he visto en ningún otro sitio: sangría, vino, tinto de verano, etc.
“Muy bien todo esto, redactor, pero ¿qué tal el sitio?” ¿El sitio? Muy de diseño, muy chulo. Hay un despliegue de colores y contrastes en La Tita Rivera que es imposible despachar una cerveza y largarse. Además, no estás apretujado, todo es espacioso, bello, claro. Prístino. Sí, el chico dijo prístino. Aquí hay que echar un rato bueno. Tú eliges el momento, que ellos tienen traca para dar a cualquier hora del día: desayunos, meriendas (recuerda: casis dulces, DANGER! DANGER!) y cenas.

Por cierto, su patio interior -lo que en los pubs de Dublín llaman el “beer garden”- es uno de los sitios más solicitados de Madrid.
En DolceCity Madrid: La Tita Rivera