
O sea, bueno sí, rico por supuesto; pero ¿sano? No precisamente. Un buchito de una de sus deliciosas creaciones a la taza bajaba por la tráquea directamente a las cachas, para engordar las caderas en una cadencia humana conocida como “el proceso Falete”. Sin embargo, un buen día, uno de los umpa-lumpas más creativos de la fábrica, al que llamaremos Jimbo, tuvo una idea osada: crear un yogur helado tan delicioso como los dulces de siempre, pero con tan solo 99 calorías por ración.

“¡¿99 calorías por ración?! ¡Eres un maldito loco, Jimbo! ¡Estás despedido!”. Jimbo montó su propia franquicia de frozen yogurts, la llamó Ö!MYGOOD jugando con lo sano del producto y la gozosa expresión inglesa “¡Ay, Dios mío de mi vida, que me detengan right now, que esto debe ser pecado!”; y, el resto, como se suele decir, es historia. Bueno, vale, puede que toda la parte del umpa-lumpa desterrado me la haya inventado, pero el resto es rigurosamente cierto.

“Bienvenidos al placer sin remordimientos”, dicen en su página web (donde exhiben orgullosos su reconocimiento a la mejor idea empresarial de 2010), y no les falta razón. El otro día me calcé en su local de la Glorieta de Alonso Martínez un desayuno tremebundo y me quedé de lo más tranquilo: no solo me había puesto considerablemente gocho, no; sino que, además, ¡estaba comiendo sano! No a este nivel de sano, pero sano.

La fórmula es sencilla: yogur helado sin gluten, con alto contenido probiótico y sin conservantes, mezclado con el topping que más te guste (granola, frutas, cereales, frutos secos, muesli, semillas de soja caramelizadas) y un “splash” final para rematar (chorrillo alegre de sirope de arce, chocolate, ralladura de lima o polvo de regaliz). Además, tienen cafés, smoothies, zumos y una locura llamada “Vértigo” que te invito a descubrir cuanto antes. ¿A qué estás esperando? Jimbo was right all the time!
En DolceCity Madrid: Ö!MyGood