
Paseando un sábado por Madrid de repente me encontré en sus puertas y el bullicio de gente me animó a entrar. Me encantó, la verdad. Me gustó mucho la idea de abrir un mercado de los de toda la vida, pero ofreciendo una oferta novedosa a los jóvenes y mayores madrileños.
Me gustó la gente, de todas las edades y estilos, pero todos unidos por el buen gusto, por la buena oferta y por los sabores más imprescindibles. Y me gustó eso mismo, la variada y original oferta.

Tienes de todo en sus variados puestos. Desde ostras que te preparan y puedes degustar junto a un fantástico vino blanco, hasta pastelitos de Belem (típicos de la torre de Belem, en Portugal) que están buenísimos a degustar tras una fantástica sangría elaborada a partir de vino de Oporto. Todo ello pasando por la típica barra de bar en la que tomar una caña con un pincho variado: un montado, una porción de pizza, croquetas… También puedes pasar por la carnicería y tomar un montado de jamón, eso sí, aquí te paciencia porque es el puesto más demandado.

Si ya has salido cenado de casa acércate por la pastelería porque tienen todo tipo de tartas y dulces. Las porciones son enormes. Y si lo que quieres es empezar ya la noche madrileña, toma uno de los cócteles por seis o siete euros. Desde el mojito hasta la caipirinha preparados delante de ti.
Anímate y visita de noche El Mercado de San Miguel. Abren todos los días de la semana. Un lugar con mucho encanto.
En DolceCity Madrid: El Mercado de San Miguel