
Además de sonar a oriental, que lo es, el TAO YIN es la herramienta ancestral que los taoístas más poderosos, (esta práctica fue un secreto celosamente guardado durante siglos) utilizaban para desbloquear sus cuerpos y canalizar su esencia vital. Se trata de un conjunto de técnicas sencillas, expresadas a través de posturas, masajes, respiraciones y meditaciones que hacen que podamos llegar a movernos más y mejor, librándonos del exceso de calor que acumula nuestro cuerpo, llegando a economizar de esta manera al máximo nuestra energía. Es decir, que donde hay estrés, con la ayuda del TAO YIN, luego habría vitalidad. No se trata por tanto de intentar comprar energía a precio de oro, como hacía yo, sino de optimizar la que viene con uno mismo de serie.
Por si con mi palabra no basta, os diré que la longevidad era el pilar fundamental de la doctrina de los taoístas. No en vano, documentos históricos atestiguan que en la Dinastía Han, la edad media de algunos hombres era de 140 a 160 años. ¿Qué hace diferente al TAO YIN de otros ejercicios de relajación que puedan sonarnos más? Que con el primero se ejercitan los tendones, una fibra tristemente olvidada que por lo visto ayuda a estirar, revitalizar y desintoxicar los músculos. Además, también te ayudará a fortalecer el abdomen y los lumbares, centro de gravedad, que contribuirá a reestructurar huesos y músculos, poniendo todo en su sitio. Ojala hubiera sabido del TAO YIN y del Gimnasio Tao Center cuando jugaba a Voleibol... cuantos masajes de lumbares me habría ahorrado.
En DolceCity Madrid: Tao Center