Miércoles, 31 Octubre 2007

SERRANO 41, el lugar donde nacen las pasiones

por Esther Polo
No hay nada peor que ser nueva en Madrid y que todas tus amigas y compañeras de juerga fieles se hayan quedado en Valencia. Así estaba yo hace un año hasta que la encontré a ELLA. Era guapa, salía por televisión y candidatos tampoco le faltaban, pero era otra recién llegada y estaba sola. Así fue como iniciamos nuestra relación de “amistad comercial”: no éramos íntimas pero a las dos nos gustaban los mismos ambientes, la misma música y francamente, la idea de quedarnos un sábado noche viendo Dolce Vita, no nos seducía demasiado. Así fue como conocí Serrano 41, uno de los lugares de copas de la capital de mayor prestigio y renombre entre las esferas medias y altas.

Sin un nombre demasiado original (su mejor seña de identidad es su ubicación en el barrio de Salamanca), a Serrano 41, le sobra y le basta hoy en día para llenar hasta los bordes cada fin de semana. La sala cuenta con tres ambientes distribuidos en dos plantas claramente diferenciados por su música y su decoración: La terrraza, solo abierta como es lógico en verano, una elegante carpa de diseño minimalista y la discoteca, situada en la planta de abajo y con una marcada influencia de los clubes neoyorquinos.

Pop, House Comercial y Funky, mucho Funky, sobre todo los domingos, cuando la sala se tiñe de negro, para convertirse en punto de encuentro para los amantes de este tipo de ritmos. Entrar a la sala es gratis y si llegas antes de la una, eres mujer y conoces a algún RR.PP (ya es pedir mucho, ¿no?) te regalarán una copita. Si no conoces a nadie, siempre podrás decir aquello de… “espera que no me acuerdo, ¿era Jose o David?”… te acabarán echando una manita, confía en mí.

Lectoras residentes en Madrid a las que le gusten los hombres con estilo de entre 25 y 45 años: sí, están allí, en Serrano 41. ¡Los he visto!, ¡existen!.“¿Dónde estarán los hombres altos, guapos, inteligentes, deportistas y que combinen bien los zapatos con la ropa?”. Me ha llevado mi tiempo pero por fin he encontrado la respuesta a la eterna pregunta. Ahora solo falta que alguno de ellos me encuentre a mí.