La expresión “remanso de paz”, que tantas veces hemos usado para definir otros parques de la ciudad, pocas veces será mejor usada que para referirse a este parque. Grandes explanadas verdes, a prueba de cualquier ruido que no sean las hojas mecidas por el viento, pocos visitantes… Vente una mañana, antes de las 11, con un libro a cualquiera de sus bancos. Es probable que te quedes dormido.
El parque tiene una larga historia de dueños y propiedades que intentaremos resumir brevemente: Originalmente, al parque sólo podían acceder los residentes en los edificios vecinos, pero en 1762 se abrieron las puertas para que disfrutara de él todo el mundo. El parque fue refugio para muchos de los afectados por la gran hambruna de mediados del siglo XIX, que dejó a los irlandeses sin apenas alimentos con los que sobrevivir. En 1920, pasó a titularidad de la Iglesia Católica que pretendía edificar una catedral en el terreno, pero en 1974 el Arzobispo Ryan se lo ofreció a la ciudad de Dublín para que disfrutara del que siempre había sido su parque.
Se pueden encontrar varias esculturas entre tanto césped, pero sin ninguna duda la más famosa es la de Oscar Wilde reclinado en una roca. Los colores son tan vivos y la expresión es tan intensa que te quedarás mirándola un buen rato. Subirte a su lado y pasarle el brazo por encima para la foto de rigor tampoco está de más. Justo enfrente de la escultura, saliendo del parque y cruzando la calle, se encuentra el American College Dublin con la plaquita de Oscar Wilde, puesto que el escritor vivió aquí (revisad la galería de fotos de este artículo para echarle el ojo).
En DolceCity Dublin: Archbishop Ryan Park
