Cuando era free-lance, en los días que me apetecía empezar de buen humor, me acercaba hasta el Cup & Cake de lo alto de Enrique Granados para desayunar un zumo de naranja natural, un cup&cake de red velvet y un café, mientras leía la prensa del día. Un desayuno de campeones que supondría el pistoletazo de salida de mi jornada perfecta en Barcelona.

10 h. Visitar la expo de Miserachs en el Macba
Aprovechar las mañanas para un plan cultural siempre es bien. De las exposiciones ahora en curso, me gustaría ver la de Miserachs en el Macba con fotografías de mi querida Barcelona y del paisaje humano que la ha habitado durante décadas.
11.30 h. Un poco de shopping de lujo en Paseo de Gracia
Desde Pretty Woman, ¿quién no ha soñado con una jornada de shopping sin preocuparse del presupuesto? En Barcelona no tenemos Rodeo Drive pero el Paseo de Gracia no se le queda atrás. Mi sesión ideal empezaría con una visita a Chanel para un bolso clásico, seguida de una parada en Valentino para un vestido romántico de encaje y unos zapatos rock-stud. A continuación acudiría a Manolo Blahnik para unos stilettos de fantasía, pasando por Maje para alguna prenda de abrigo y terminando en la nueva Rabat para un joya de altura con la que conmemorar tan señalada fecha.

13 h. Un masaje en el Mandarin Oriental
Después del cansancio de las compras, conviene recuperarse. Acercarme al spa del lujoso Mandarin Oriental para uno de sus tratamientos de belleza o un masaje sería el acompañamiento perfecto al shopping en el Paseo de Gracia.
14.30 h. Brunch en Picnic Restaurant
Y para recuperar fuerzas, me iría de brunch, aunque estemos a lunes, y ya haya desayunado. Y es que soy fan del brunch de Picnic Restaurant y no puedo entender una jornada perfecta sin sus huevos Bénédicte con salmón, los tomates fritos con feta y sorbiendo una de sus apetitosas limonadas rosas. Sería aquí donde me reuniría con mis amigos para celebrarlo, como, de hecho, ya hice en mi 30 cumpleaños. Yum!

16 h. Una peli en V.O. en el Verdi
Para digerir, una sesión de cine en versión original a primera hora de la tarde. Me encanta asistir al cine cuando apenas hay público lo que te permite entregarte de lleno a lo que ocurre en la pantalla. Todavía no se ha estrenado, pero soñando con mi día ideal, una buena película a ver sería Youth, la nueva de Paolo Sorrentino, que vi en Sitges y me encantó. Muy recomendable.
18 h. Una mani-pedi en Pink Peony
Que te mimen es siempre una buena idea. Y una manicura y pedicura a cuatro manos en el Pink Peony es un buen plan que incluir en una jornada perfecta en Barcelona. Un oasis de calma con el que romper con la rutina del día a día.

19 h. Shopping vintage
Siendo mi día perfecto no podía faltar el vintage! Aunque lamentablemente Barcelona no tiene una gran escena, mi ruta no se perdería Holalà! Plaza –siempre encuentras tentaciones- ni Lullaby, en el Raval, ni, por supuesto, Le Swing, en el Born, que por cierto acaba de celebrar su primera década. Tres direcciones donde seguro que encontraría algún vestido especial para cerrar esta jornada de ensueño.
20 h. Un aperitivo en el Negroni
Antes de la cena, toca un aperitivo. Amante de los cocktails desde que descubrí el Daiquiri en Cuba, me acercaría hasta el Negroni para disfrutar de un trago como el Moscow Mule y brindar con su fiel y amiga parroquia -incluidos sus estupendos barmans-.

21.30 h. Cenar en Koy Shunka
La cena sería a la altura de la celebración. El japonés de lujo Koy Shunka sería el lugar elegido pues ya he dicho en más de una ocasión que es mi restaurante japonés favorito, lo que implica que siempre lo sitúe en lo alto de mis rankings gastronómicos. Disfrutar de su menú degustación y ese sushi fresquísimo sería una fantástica manera de celebrar mi cumpleaños.
23 h. Copa en el Eclipse Bar
Y para digerir la cena, iría hasta el espectacular W Barcelona para hacer unos bailes en su Eclipse Bar. Con unas vistas de infarto de la ciudad, unos cocktails creativos que quitan el sentido y una clientela atractiva e internacional, sería el cierre perfecto a una jornada inolvidable.

24 h. Dormir en The Serras
Alojarse en el W Barcelona ya sería una fantástica idea, pero para cerrar estas 24 h he preferido dirigirme hasta el nuevo The Serras y dormir en alguna de sus 30 habitaciones, dotadas con las camas “más cómodas del mundo” según pudimos comprobar el día de la presentación a la prensa. El broche de oro a lo que sería mi jornada ideal en Barcelona. ¿Cómo sería la tuya?
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