
1. Turó de la Rovira
Recuperada por la iniciativa vecinal –junto con el trabajo de voluntarios extranjeros-, esta montaña ubicada en Can Baró ocupa el primer lugar porque permite una panorámica de 360º en un espacio de libre acceso. ¡Es realmente impresionante! Además, tiene interés histórico pues aquí es donde se construyeron los llamados búnkeres del Carmel en la Guerra Civil Española aparte de acoger un barrio de barracas en la posguerra que duró unos 40 años, hasta que llegaron los Juegos Olímicos y se empezó con el lavado de cara de la ciudad. Imprescindible.

2. La Caseta del Migdia
Visto el éxito del post de la semana pasada, veo que somos muchos los que disfrutamos de este rincón de Barcelona que se halla en otra montaña de la ciudad: Montjuïc. Su falta de pretensiones y ambiente distendido lo sitúan en lo alto del ranking aunque hay que aclarar que no todas las mesas disfrutan de buenas vistas; hay que ir con antelación si quieres ser uno de los afortunados en encontrar (un buen) sitio.

3. Eclipse Bar
Cambio radical de registro pero el mismo impacto y asombro gracias a una panorámica única sobre la costa barcelonesa desde el 26.º piso del hotel W Barcelona. Es el principal reclamo del Eclipse Bar aunque no el único pues cuenta con un interiorismo de diseño a cargo de Isabel López Vilalta, una clientela guapa e internacional, buena música electrónica y cocktails creativos de recetas propias.

4. Mirablau
Un clásico de las juventudes más pudientes de Barcelona, por su ubicación en el Tibidabo, desde este bar tienes toda la ciudad a tus pies. Es la misma panorámica prácticamente que el restaurante el Mirador de la Venta pero destacamos este por sus generosas dimensiones que hacen fácil encontrar sitio, por su más de dos décadas de recorrido y por su amplio horario, ya que abre a las 11:00 h de la mañana y cierra de madrugada en un horario non-stop para este bar-restaurante y discoteca.

5. Mas Guinardó
Terminamos con un guiño a mi antiguo barrio, el Guinardó, que gracias a su ubicación en la zona norte de Barcelona cuenta con vistas realmente inspiradoras. Este histórico emplazamiento municipal del siglo XIV fue reformado hace unos tres años y, con ello, ganó más espacio en el exterior –con 12 pistas de petanca incluidas- y en el interior, con sala de actos para 200 personas y otra polivalente para un centenar. Su café-restaurante es una estupenda y económica opción para comer con unas vistas increíbles.
En DolceCity Barcelona: La Caseta del Migdia, W Barcelona, Mirablau, Mas Guinardó