
Aroa me aclaró que su actividad principal son las bodas y tiene una especial simpatía por las novias, quienes la visitan a veces hasta con un año de antelación por lo que acaban siendo amigas de la casa. A partir de conocer el vestido, el tipo de ceremonia, el traje del novio y demás detalles, Aroa propone distintas opciones, siempre personalizadas pues aquí no se trabaja con catálogo sino que cada ramo es una creación única. Así me lo aseguró cuando visité la tienda, una afirmación que me recordó a Beatriz Parras, diseñadora de tocados de Secretos de Alcoba fiel a la misma filosofía y colaboradora puntual de Aroa en eventos nupciales que organizan esporádicamente.

Para ser un buen florista, hay varios aspectos que se deben tener en cuenta. No solo se trata de saber conjugar armónicamente distintas flores y plantas por color, sino también por textura así como por propiedades para que el ramo muestre coherencia en todo momento. Además, uno debe estar al día de las tendencias y nuevas técnicas que surgen como la liofilización, un método de secado de la flor que provoca que el ramo dure para siempre. En Bloom Flors son expertos en ello y me comentaron que actualmente está muy de moda aunque yo, con mi alma vintage, creo que me quedo con las flores naturales de siempre.

Aparte de las bodas, Aroa también ofrece flores y ramos para ocasiones especiales, como el Día de la Madre, por ejemplo. Además, organiza talleres –algunos dirigidos a las novias, su debilidad- y también colabora con negocios de lujo, como la joyería Tiffany’s y Manolo Blahnik. Una florista multifacética que plasma su alma de artista en cada tarea.
En DolceCity Barcelona: Bloom Flors