
Lo mismo ocurre cuando hojeas un álbum familiar, donde el tiempo queda detenido en un momento mágico en el que todo parece haber sido posible, tal y como sucede en la exposición de Miguel Ezpania La Santa Infancia que ahora exhibe la galería N2. Cuadros en los que rescata sus propias y delirantes fotografías familiares retocadas desde el surrealismo y un toque de pop irónico.
Esos niños vestidos de domingo, el recuerdo de la comunión, la figura de la madrina, el tío Pepe por antonomasia (todas las familias tienen un tío Pepe en su haber) o los sempiternos papeles pintados que emergen en todas nuestras instantáneas de cuando éramos púberes conforman el universo pictórico de Ezpania, lo que nos hace crear inmediatamente un lazo empático inquebrantable con él y su obra. Pues tengo la chorra teoría que somos la generación más nostálgica de todas, añoramos lo que hicimos apenas hace dos años e incluso épocas que no vivimos.

Lo onírico y lo cotidiano se amalgaman en este trabajo de arqueología familiar, que te llevará a descubrir que tu familia no es tan rara como parece y a disfrutar del estupendo uso que realiza este artista de la imagen y el color.
La Santa Infancia, Miguel Ezpania
Hasta el 30 de julio de 2008.
En DolceCity Barcelona: Galería N2