Si hace un par de meses me complacía hablando de las propiedades beneficiosas de la gama de productos de té blanco que
l’Occitane había creado, hoy doy un paso más para contaros mi experiencia después de probar una nueva crema para la cara, la
crema 24 horas de la gama Karité.

Desafortunadamente no soy una gran asidua a la utilización de cremas así que, aquello que dicen que los años no pasan en balde, será una realidad más pronto que tarde. ¿Las pieles de terciopelo existen? No lo sé, lo que si sé es que después de un día de trabajo intenso, de recorrer Barcelona como si se acabara el mundo y de llegar a casa de noche para empezar de nuevo a "trabajar", prefiero no usar los espejos. Tocarme la cara entonces, queda lejos de un placer para los sentidos y ver el aspecto opaco y reseco de mi piel hace que se me pongan los pelos de punta. De miedo, de terror de película de serie B.
Y aquí es donde ha entrado la crema de la que os hablaba, un compuesto a partir de una
manteca vegetal extraída de las nueces de karité al que otorgan numerosas propiedades:
hidratantes, nutritivas, relajantes, suavizantes, protectoras, cicatrizantes y regeneradoras. ¡Ufff! No sé si puedo abogar por cada una de estas características, pero puedo dar fe de la
suavidad y la hidratación que este producto balsámico ha conseguido en mi rostro.

La gama Karité se compone de multitud de productos: cremas (para manos, rostro, cuerpo y pies), leche corporal, loción hidratante para manos y pies, un champú, un bálsamo de ojos, acondicionador, mascarilla, leche delicada, suero ultra-confort, manteca de karité, jabón extra-suave, crema espumosa para manos y cuerpo… pide por esa boquita porque te aseguro que no se les ha olvidado nada.
En DolceCity Barcelona: L´Occitane