No tuve tiempo material. Soy un auténtico caso perdido. Antes de este maravilloso puente prenavideño (6, 7, 8 y 9 de diciembre), me quedé sin café para mi cafetera
Nespresso. Como es inconcebible la idea de hacer café durante unos días con mi Oroley de siempre, me puse a la carrera para llegar a tiempo a la boutique de Nespresso en Pedralbes Centre.

Después de una considerable cola y de probar las tres nuevas
Variations 2007 (chocolate a la naranja, almendra y cardamono) la dependienta me informó de
la inauguración de la boutique Nespresso más grande del mundo en el Paseo de Gracia. Un espacio de más de 1000 metros cuadrados que ocupa el lugar dejado por el desaparecido cine Publi. Una
maravilla de interiorismo y arquitectura (techos altísimos que crean una sensación de espacialidad asombrosa, madera oscura como muestra de la sofisticación más extrema y combinaciones de colores analizadas con esmero que persiguen una estética ordenada y extremadamente agradable).
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Lo malo del descubrimiento de ese fatídico 29 de noviembre fue su inmediatez. Era consciente de que la inauguración del espacio estaba realmente cerca, lo que no sabía (aunque hubiera debido imaginarlo) era que la imponente figura publicitaria de la marca también estaría allí. A pocos quilómetros de George Clooney y, por supuesto, tan lejos de él… ¿Por qué no me habían invitado? Una
fiesta para celebrities.
En DolceCity Barcelona: Nespresso